177. El accidente de los huevos (II/III)

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La camioneta Hilux cargada el volco de cajas rectangulares frenó en un semáforo de la avenida Guayabal. Por el lado del conductor, llegó en una moto un tipo y los amenazó pidiendo el dinero. El conductor y su copiloto miraron al otro lado y había otro tipo amenazante. Entregaron unos billetes, pero los golpearon a mano limpia para que entregaran también los celulares. Los entregaron y antes arrancar dijeron al piloto: 

- La cadena también. ¡Rápido! 

La entregó, pero en cuanto el parrillero se montó, el motor de la Hilux rugió emprendiendo en persecución de la moto. Adelante salieron de la Guayabal por la oreja que subía para insertarse en la avenida 80 dirección sur. A momentos la moto se alejaba, por entre los carros que avanzaban lento, pero a poco la Hilux volvía avistarlos más adelante cuando el camino se despejaba por falta de los carros que se retenían en el semáforo. Llegaron a una glorieta a la altura del viejo batallón Pedro Justo Berrío y la tomaron en la vía hacia la derecha, entrando ahora a una pista más pequeña que pasaba por la entrada de diferentes urbanizaciones. 

En esa ruta un patrullero se unió a la persecución sin saber lo que pasaba, aunque a medida del recorrido iba entendiendo que se trataba de unos atracadores. Sin piedad el conductor de la Hilux pensaba en su objetivo. Avanzaba por tramos en contravía, cercaba la moto buscando chocarla para tirarlos hacia un extremo. La tenacidad le nacía de pensar en el tiempo que tardó para volver a trabajar, luego del aislamiento. Y justo ahora que cogía un nuevo contrato aparecían unos jovencitos aprovechados. De momento una calle delgada estuvo al frente sola y hundió el acelerador a fondo e impactó la moto, que medio frenaba para pasar el policía acostado.

(Sigue...)

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