225. Crónica del libro de Cayetano

La única compra de R. en la feria, es un libro en una bolsa de papel. El vendedor lo llama Sorpresita Literaria. El libro resulta tan supersticioso que une la vida de R. con esa librería apenas conocida. Aunque primero hay otra historia del libro qué contar.

De naranja vivo casi rojizo, es el número 44 de la colección Autores Antioqueños. R. lee, subraya con lápiz claro, pulso tembloroso. En la página que va deja un pedazo rasgado de cartón paja. Un tema sociológico: la simulación que se vuelve autenticidad, la comparación entre el modo de ser de medellinenses y bogotanos.

Una tarde R. le habla del libro a C. Hace años comparten asuntos intelectuales. Pueden prestarse hasta quince libros en simultáneo. Como ella tiene curiosidad por Cayetano, R. le presta el libro, sin terminar su lectura.

Extraño con libros prestados, pero común en relaciones que, inconsciente, se van sellando para despedirse algún día con un paz y salvo simbólico en manos, R. y C. ponen las cuentas al día. Aunque el libro de Cayetano queda pendiente.

Después toman sus caminos largo tiempo, hasta que un día ella llama. Llorando cuenta que un amigo profundo, y que R. conocía, se ahorcó.

Supieron durante el duelo que el difunto preparó todo. Dejó algunas indicaciones finales de despedida y de cómo repartir sus pertenencias, incluso los regalos y préstamos que C. le confió.

El libro de Cayetano estaba entre esas cosas del difunto y tal vez presenció el acto final con la soga. Luego R. supo que C. recuperó el libro, pero le abordó una superstición tan grande que nunca volvió a mencionarlo.

Hoy en el mercado callejero, R. encuentra un ejemplar idéntico. Lo abre y como ve un subrayado diferente al suyo, lo compra. Así todo queda a paz y salvo.



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