136. Caminar el Olaya Herrera III: un cuento de Roberto Bolaño

Caminando R., cuenta la siguiente historia:

Luego de escribir varias novelas en las que la violencia latinoamericana es puesta en entrañables tramas, el escritor chileno Roberto Bolaño concibió en los noventa los cuentos del libro Putas Asesinas. En uno de los cuentos, Bolaño concibe al personaje Lalo Cura. Este personaje narrará la evolución violenta de su vida, hasta llegar a la actualidad en que desempeña como sicario para los carteles de droga y revisa el pasado.

Del cuento, sobresale el aeropuerto Olaya Herrara como núcleo de la vida de Lalo. Este hace la écfrasis de una fotografía de Connie, su madre. “El sol de Medellín –cuenta Lalo– alarga sus sombras por la pista vacía de aviones, salvo uno, en el fondo, a medio salir de un hangar. No hay nubes en el cielo. Connie y Mónica enseñan los dientes. Beben coca-cola junto a la parada de taxis y fingen poses turbulentas. Turbulencias aéreas y turbulencias terrenas. Con sus gestos dan a entender que llegan directamente de Nueva York, aureoladas por el misterio”. En esta fotografía del retorno de Connie nace la conciencia e identidad de Lalo.

Una vez en Medellín, Connie queda embarazada de un cura dedicado a dar sermones en cantinas y putiaderos del centro. Además, como la madre regresa bajo contrato de actriz porno, se filmará Pregnant Fantasies, producto donde también Lalo encuentra gérmenes de su vida, con los puntazos, en su apenas fetal cabezita, de los penes de los actores. Lalo también irá por su infancia en la casona de las películas, con su aburrimiento e inocencia, entre la cruda vida.

Al final, cuenta Lalo la obstinación por encontrar al Periquito López, actor que conoció a los diecinueve años viendo las cintas de su madre embarazada, actor a quien acude como parte final del proceso de autorreconocimiento.


Ilustración de Alen Lauzan Falcon

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