Esa tarde de 2026 R., salió de paseo como todos los días. Fue por el perímetro del barrio Olaya Herrera, distancia precisa para fatigarse en sus acostumbradas caminatas. Se trata de uno de los barrios más recientes de Medellín. Está ubicado en la mitad del valle, al lado este del río que atraviesa por la mitad, de norte a sur. El barrio consiste en un conjunto de edificios megas, que superan en gran medida las edificaciones del resto de zonas, más arcaicas de la ciudad. Se dice, que este grande terreno fue el aeropuerto de la ciudad y R. en sus caminatas trata de recrearlo.
Por algunos lugares R., imagina que las rejas que encierran el gran aeropuerto son dobles o aumentan la seguridad con un cordón superior de púas en espiral. En otros lugares, imagina viejos edificios en ladrillo, como instalaciones del aeropuerto, que ocultan la panorámica de la pista y también el lugar sobre la montaña donde está a punto de meterse el sol. En la imaginación de R., entre los rombos de la vieja reja, la pista a veces se deja ver, llana, lisa y reflejando el naranja del anochecer.
En su imaginación, sin embargo, la reja resulta una imposibilidad.
En un momento del camino R., se obsesiona con caminar sobre la pista y en su mente no es capaz de pisarla. Entonces recurre a un ejercicio mental para simular ir adentro. R. empieza a narrarse historias acontecidas sobre la pista del aeropuerto, que con naturalidad fue conociendo de diversas fuentes y en su versión le resultan bastante estimulantes. Siempre, a esta altura de la caminada R., se las narra con bastante esmero. Durante el paseo logra mejorar las tramas y hacerse más vívido su paso sobre una pista que ni existiendo aún, le sería posible andar.
Por algunos lugares R., imagina que las rejas que encierran el gran aeropuerto son dobles o aumentan la seguridad con un cordón superior de púas en espiral. En otros lugares, imagina viejos edificios en ladrillo, como instalaciones del aeropuerto, que ocultan la panorámica de la pista y también el lugar sobre la montaña donde está a punto de meterse el sol. En la imaginación de R., entre los rombos de la vieja reja, la pista a veces se deja ver, llana, lisa y reflejando el naranja del anochecer.
En su imaginación, sin embargo, la reja resulta una imposibilidad.
En un momento del camino R., se obsesiona con caminar sobre la pista y en su mente no es capaz de pisarla. Entonces recurre a un ejercicio mental para simular ir adentro. R. empieza a narrarse historias acontecidas sobre la pista del aeropuerto, que con naturalidad fue conociendo de diversas fuentes y en su versión le resultan bastante estimulantes. Siempre, a esta altura de la caminada R., se las narra con bastante esmero. Durante el paseo logra mejorar las tramas y hacerse más vívido su paso sobre una pista que ni existiendo aún, le sería posible andar.
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