105. Ventanas

La escritura de lo que se ve a través de la propia ventana es el ejercicio común para convocatorias de revistas urgidas por tema, para quien quiere empezar a escribir, o para quienes simplemente les urge escribir, como respirar, mas tienen las musas quebradas.

La vista de mi ventana es una fachada de edificio, separado apenas unos seis metros de mi ventana, fachada que muestra solo dos ventanas de una apartamento abandonado. Por las ventanas de otros se pueden ver paisajes, u otras ventadas donde sí hay acción, donde sucede algo o por lo menos hay cosas para enfocar.

Algunos al menos pueden reparar en las ventanas opacas de los baños, en donde cada hogar organiza a su estilo los jabones y demás implementos de aseo. U otros casos en que puede verse la ropa puesta a secar y el espectador del otro lado puede elaborar sus propias teorías de cuerdas, como Newman en sus micro-réplicas.

Aunque ventana es ventana, ella da a un panorama exterior donde hay vida, solo que debe aprenderse a mirar, invertir muchas horas de observación. Ahora ese fragmento de fachada me resulta telón de fondo de un espectáculo interesante.

En las mañanas los pájaros pasan atravesando de la izquierda inferior hacia la derecha superior, en vía contraria a la sombra del sol, conformando así una equis para mi vista. En las tardes las mariposas pasan comportando varios tipos de espirales, que terminan siendo como el diagrama de un estado ánimo presente o venidero, con intempestivas subidas y bajadas... y así más.

Lo último que he aprendido a observar es las ventanas vacías. En ellas, la mitad es el reflejo de la fachada superior de mi edificio, el muro que rodea la azotea, donde caminan gatos y palomas; la otra mitad es cielo azul y nubes.

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