70. Relato por las tangentes (i)

Yo sé que el celular tiene límite para grabar, que si no es la memoria es la batería que se agota, aunque se ve que es un celular nuevecito y que nos da, voy a ser bien preciso pero vea, si me extiendo o algo me hace una seña, no estoy por el momento muy sereno, necesito lo mío, usted sabe, los nervios están muy sensibles, mire este tembleque en el labio, es más, mire este dedo, pero trato es trato y yo sé que usted no me puede pagar antes de que yo cumpla con mi parte, cualquier cosa ya sabe por favor que una seña, igual yo sé lo que a usted le interesa de mi experiencia, yo sé, y le agradezco mucho que me dé esta oportunidad de conseguirme lo mío, de verdad, ya quisiera yo que siempre con mis propios esfuerzos pudiera conseguir lo mío, que es algo muy simple y concreto, yo a nadie le oculto para qué es el dinero que trato de levantar, ni más faltaba uno andarse con engaños con la gente que a uno le colabora, quién diría hermano cuando me levanté esta mañana de debajo de las escaleras de la abuela que vive allí arribita que me iba a conseguir mis cosas hoy no más con lo que soy, vea usted, ella que prendió hoy la luz del cuarto más temprano y yo que apenas llevaba una hora tratando acomodarme y conciliar el sueño y me tocó venirme así derecho para encontrármelo a usted hermanito que me da esta oportunidad de empezar el día con pie derecho, sino que si la abuela se da cuenta de que estoy volviendo dormir ahí abajo me pone a dormir en la sala y me sirve unos desayunos tan grandes pero que me ponen...

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