La pintura gastada
de la puerta revela hasta cinco viejos tonos. Faltan tres tornillos, de cuatro,
en la bisagra superior impidiendo cerrarla sin golpe. Cada noche el metal de la
chapa desgasta el marco.
Para entrar al patio se debe bajar un escalón. Hacia adelante se podrían dar hasta tres pasos. A lo ancho se podrían dar seis. Mas no se puede. Porque al seguir dos pasos de frente al bajar el escalón se encuentra una valla hecha con cilindros de cemento que paralela al muro delimita el área del jardín. Porque al ir un paso a la izquierda hay un muro en posición perpendicular que deja un flaco espacio, antes de conectarse con la misma pared que delimita la vieja puerta metálica, para ingresar a un cuarto con tejas de plástico transparente.
El muro de la derecha, enmarañado por el frijol y la sidra, el muro del frente, contorneando el fondo del jardín, y el muro de la izquierda, otra pared del cuarto útil, son de ladrillos descubiertos unidos por una desproporcionada capa de cemento de la más violenta abrasión.
Contra las paredes internas del cuarto hay todo tipo de objetos de segundo orden para una familia común. Si la noche no estuviera llegando se podría mencionar algunos objetos pero solo se ven los plásticos que los cubren llegar a dos metros de altura.
A excepción del largo de media pared donde ocupa un tocador negro de madera. Sobre él hay una caja plástica con superficie roja, en los lados verde, amarillo, azul y rojo. La caja tiene perforaciones en diagrama que deja ver por dentro: hay carritos de varios tamaños, entre numerosos peluches resalta la cabeza de la pantera rosa, entrelazados algunos PowerRangers sin brazos y MaxSteels sin cabeza.
Encima de todos los juguetes hay una camioneta amarilla.
Para entrar al patio se debe bajar un escalón. Hacia adelante se podrían dar hasta tres pasos. A lo ancho se podrían dar seis. Mas no se puede. Porque al seguir dos pasos de frente al bajar el escalón se encuentra una valla hecha con cilindros de cemento que paralela al muro delimita el área del jardín. Porque al ir un paso a la izquierda hay un muro en posición perpendicular que deja un flaco espacio, antes de conectarse con la misma pared que delimita la vieja puerta metálica, para ingresar a un cuarto con tejas de plástico transparente.
El muro de la derecha, enmarañado por el frijol y la sidra, el muro del frente, contorneando el fondo del jardín, y el muro de la izquierda, otra pared del cuarto útil, son de ladrillos descubiertos unidos por una desproporcionada capa de cemento de la más violenta abrasión.
Contra las paredes internas del cuarto hay todo tipo de objetos de segundo orden para una familia común. Si la noche no estuviera llegando se podría mencionar algunos objetos pero solo se ven los plásticos que los cubren llegar a dos metros de altura.
A excepción del largo de media pared donde ocupa un tocador negro de madera. Sobre él hay una caja plástica con superficie roja, en los lados verde, amarillo, azul y rojo. La caja tiene perforaciones en diagrama que deja ver por dentro: hay carritos de varios tamaños, entre numerosos peluches resalta la cabeza de la pantera rosa, entrelazados algunos PowerRangers sin brazos y MaxSteels sin cabeza.
Encima de todos los juguetes hay una camioneta amarilla.
Qué buen ejercicio este. Me gusta el "Si la noche no estuviera llegando..." para justificar la selección de los objetos a describir. Además, da un tiempo y marca el ambiente del texto.
ResponderBorrarLa camioneta amarilla, al final, es luminosa.