12. Viaje a la hoja en blanco

Hay una espiración profunda, luego, una inhalación dolorosa.
         La cabeza se irgue. El brazo, yendo hasta el fondo del escritorio, atrapa una bola de papel. Mientras regresa la mano hacia el busto la bola se hincha, de golpe hace que los dedos se separen, y cuando está a punto de escaparse la otra mano viene de apoyo. Ahora las dos manos, frente a frente, hacen inútil resistencia a la bola que entre más florece más somete a los dedos. Ya, desapareciéndole sus últimas arrugas, la hoja de papel obliga a los dedos a que sujeten desde los bordes. El rostro se distensiona. Deja los ojos firmes en la parte baja de la hoja. Segundos luego y a ritmo mecánico la mirada asciende hasta el encabezado de la hoja. La hoja, con impulso de resorte, se doblada en tres pliegues. Las manos, vengando la supremacía de la hoja, la encarcelan en un muy desgastado sobre. El sobre, muy honrado de su labor, se reconforta y sin ayuda de saliva se sella.
         Ahora, con el sobre en la mano, el cuerpo abandona el asiento y se dirige de espaldas hacia la puerta, como custodiando algo que pudiera irse del escritorio. Se da vuelta, abre e inmediatamente hace una venia a un hombre que muy amable atiende desde el andén. El hombre se acerca, recibe el sobre y mezclan algunas palabras. Cierra la puerta y, ahora con el escritorio olvidado, regresa muy pendiente de la puerta, pensativo, como si aun hubiera alguien esperando desde afuera. Llega hasta el asiento, empieza a dejar caer el trasero, se detiene un poco sosteniéndose en los apoyabrazos, y termina descender. Queda en posición muy recta frente al escritorio. Justo cuando agarra el lapicero gira la cabeza hacia la puerta y esta se mueve y suena tres veces.

Comentarios

  1. Hermano, no sé cómo pasé por alto este relato. Qué pena.

    Muy, muy bueno el ejercicio. Requiere la atención del lector, pero las descripciones son precisas y eso es suficiente. Fluidamente narrado, eso es lo más difícil. Y me gusta el juego del título, que sugiere una regresión más amplia que la que narrás, una en la que la carta vuelve al remitente y el bolígrafo succiona la tinta línea a línea. Muy bueno.

    Un abrazo.

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